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- Eric J. Hobsbawm y su legado.
jueves, 4 de octubre de 2012
«Pero
no abandonemos las armas, ni siquiera en los momentos más difíciles.
La injusticia social debe seguir siendo denunciada y combatida. El
mundo no mejorará por sí solo1.»
E. J.
Hobsbawm, palabras finales de su autobiografía.
Vía saladehistoria.com |
Para la persona que no lo conozca, Eric J. Hobsbawm fue un historiador inglés perteneciente a la historiografía marxista que destacó por la elaboración de varias obras de referencia sobre la Edad Contemporánea, la creación de la revista Past & Present y por ser un referente de la intelectualidad inglesa de los últimos tiempos. Para la que sí lo conozca, aparte de lo ya dicho, espero que convenga conmigo en que una de sus mayores virtudes fue la de no dejar a ninguno de sus lectores indiferente. Murió hace pocos días a la edad de 95 años y sinceramente pienso que alguien que ha sido capaz de influenciar a tantas personas de tantos lugares merece que se escriba sobre él algunas líneas a modo de recuerdo de la huella que dejó. Por ello quiero aportar mi granito de arena a tal efecto hablando brevemente de su figura y obra.
Lo
primero que he de reconocer es que la figura de Hobsbawm en vida me
produce cierto vértigo histórico. Me explico: nació en la ciudad
de Alejandría, en el por aquel entonces parte del protectorado
británico en Egipto, en el seno de una familia judía. Vivió
después en la Viena recién perdedora de la Primera Guerra Mundial y
luego en el Berlín del ascenso del nazismo. Luchó en la Segunda
Guerra Mundial y fue militante comunista en la posguerra de un país
del Bloque Occidental. Presenció la recuperación económica europea
de mediados de siglo, las descolonizaciones que dieron vida a docenas
de estados, la amenaza de la guerra nuclear global, la exploración
espacial, el colapso de la Unión Soviética, la gestación de la
Unión Europea… La mayor parte de estas cosas parecen ya pertenecer
a un tiempo perdido, tanto cambia el mundo de hoy. Pero el avance de
la historia nos lleva directamente a otra época, otro momento. Ahora
hay un nuevo escenario, con nuevos factores y nuevas necesidades. Aunque
aplicando la visión de conjunto de la que siempre hizo gala
Hobsbawm, realmente no parece que el abc
haya cambiado demasiado: masa social demandando equidad a una élite
centrada en sus propios intereses. Y es que Hobsbawm, comunista
convencido, tenía en la consecución de la igualdad social uno de
sus motores de vida. Siempre fiel a la visión comunista de la
revolución, aunque también crítico (el capítulo Ser
comunista de su
autobiografía no muestra una visión demasiado positiva del
funcionamiento de las organizaciones de esta ideología) siempre
eligió esa doctrina como la base desde la que seguir el espíritu
revolucionario mundial y conseguir la definitiva justicia social.
Como
historiador, supone un ejemplo de capacidad de análisis aplicada a la
comprensión de la sociedad. Ha sido uno de los pocos pensadores
reales que han conseguido desempeñar esa labor en el siglo XX con
éxito. Tampoco fue un siglo, como no lo está siendo éste, en el
que pensar esté bien visto, asumámoslo. La imposición de modelos
preestablecidos de comportamiento hace demasiado difícil que
proliferen, aunque sí se generen, las alternativas. Aunque suene muy
conspiratorio, en mi opinión la base última de estos modelos de
(no) pensamiento está en los grandes lobbies
transnacionales que ejercen una presión cultural encaminada al
consumo de masas. La profunda vocación didáctica del historiador
inglés fue contra esta perspectiva. Quizá por
ello personas como él son menos famosas que las estrellas de cine o
del deporte.
En
cualquier caso, Hobsbawm sí consiguió hacerse escuchar en este
ambiente y lo hizo gracias a esa capacidad de análisis y a la visión de conjunto que ponía en práctica en
sus trabajos. Representaba por tanto una manera de hacer historia que
explicaba desde lo global, desde el intento de llegar a una
comprensión general de la humanidad. Es cierto que el materialismo
histórico como metodología puede ser discutible, pero desde luego
el uso de la historia desde un enfoque global para poder ofrecer
conclusiones sólidas que expliquen la realidad humana es, en mi
opinión, el único camino por el que la historia como disciplina
puede mostrarse útil. En esta época destacan sobre todo los estudios realizados desde el
encorsetamiento cuadriculado que no ve más allá de lo conveniente,
ya sea esto una localidad, un país, una guerra o una ideología.
Hobsbawm entendía que todos los elementos de la realidad funcionan
como un conjunto y por tanto deben ser tratados como tal. Por
supuesto, entender el fenómeno local es importante, pero siempre
para tener una pieza más que encajar en el fenómeno global.
Hay
todavía un elemento más que caracterizó a la obra de Hobsbawm que
merece ser destacado: su voluntad de comunicación. Se enmarcaba dentro de una tradición muy británica consistente en que, escribas del tema del que
escribas, por muy científico que sea, debes hacerlo con calidad
literaria para que el gran público pueda entenderlo. Él mismo lo
expresa así en su autobiografía: «Comprender
la historia es importante tanto para los ciudadanos de a pie como
para los expertos, y Gran Bretaña tiene la suerte de contar con una
poderosa tradición de expertos que han escrito con seriedad, pero
con simplicidad para que resultara accesible a un público más
amplio […]
Los historiadores no deberían escribir exclusivamente para sus
colegas»2.
Recordando mis clases de historia, me vienen a la cabeza algunos
profesores que despreciaban esta idea, llegando incluso a
ridiculizarla. Yo estoy absolutamente de acuerdo con Hobsbawm. La
divulgación histórica es fundamental para la supervivencia de la
disciplina, porque implica comunicación con el resto de homínidos
que viven fuera de nuestra cueva. Opinar que un escrito histórico es
de menor calidad porque es comunicado además de con rigor con tono
literario es, a la vez que presuntuoso, insostenible.
Es un
buen momento para leer a Hobsbawm. Realmente, siempre ha sido buen
momento para leerle, pero ahora más. No porque haya muerto
recientemente, sino porque a través de su obra quizá podamos
ayudarnos a comprender mejor la convulsa época histórica que
estamos viviendo hoy en día. Es la voz de la experiencia de una vida
dedicada a la comprensión humana y eso es algo que no deberíamos
pasar por alto.
Por Anneo.
______________________
1.
E.J. Hobsbawm (2005): Años
interesantes. Una vida en el siglo XX.
Pg. 379.
2.
E. J. Hobsbawm: ibid,
Pg. 261.