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lunes, 30 de enero de 2012

CEB: Españoles, Fraga ha muerto.










Por Rita Turmix.

    Topicazo en el título, lo sé, pero la ocasión lo merece. La muerte de Manuel Fraga Iribarne (Vilalba, 1922 – Madrid, 2012) ha sido la gran noticia del mes de enero. No lo negaréis: lo conocíamos, lo veíamos y escuchábamos desde hacía tanto tiempo que para muchos era ya como de la familia.

    Cuando yo era pequeña, Fraga ya era viejo. En 1990, era viejo. En el 2000, era viejo. En 2001 sufrió un repentino rejuvenecimiento durante la campaña electoral del Partido PPdeG, concretamente en sus carteles electorales, pero no con ello dejaba de ser viejo como demostraría en años posteriores. Sin embargo, el día 15 de enero descubrí con perplejidad que Don Manuel tenía solamente 89 años. ¡Pero si este hombre fue Ministro con Franco! Y Franco es... pasado. Quiero decir que está muerto.
Imagen obtenida de la hemeroteca de elpais.com
    Efectivamente, sabiendo esto, uno podría pensar que Fraga se había visto afectado por el mismo síndrome de las gimnastas, que empiezan tan jóvenes su carrera que cuando a los 26 se retiran, a ti te parece que podrían tener 40. Pero no. El problema no era Fraga en sí, sino que Franco murió en 1975, y 37 años no son nada. El Fraga de la dictadura (Ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1965), el Fraga de la transición y el Fraga Presidente de la Xunta de Galicia (1990-2005) son la misma persona.



    Una máxima muy cruel y que no tiene ni pizca de gracia: “La muerte sienta muy bien”. Dentro de la enorme faena que es morirse, existen algunos pros que, si bien a ti no compensan (porque tú te has muerto) a la gente que te rodea pueden resultarle sumamente interesantes: los déspotas se convertirán en personas de carácter especial, los enajenados en Genios con algunas manías y los exministros franquistas en padres de la democracia española. Todos los programas in memoriam que se han emitido en las televisiones españolas durante esta última semana lo demuestran. Parece ser que Fraga era un gran galeguista y fervoroso demócrata cuya participación en el gobierno franquista fue casi una obligación dadas las circunstancias de su época. Y así, recordaremos a Don Manuel por todo lo bueno de transición, por sus frases célebres, su forma de trabarse al hablar, su campechanismo, su caminar renqueante... y no por haber sido Ministro de Información durante una dictadura o por ser uno de los culpables del “borrón y cuenta nueva” de la transición que silenció a las víctimas del franquismo.

    Esta semana pasada, leí una entrevista en la Cadena SER a Santiago Carrillo con motivo de la muerte de Fraga. Respondiendo a las preguntas del entrevistador, Carrillo afirmaba que hablar de Manuel Fraga como “un gran demócrata” era exagerar. Si bien, indudablemente había sido un hombre muy inteligente que supo evolucionar hacia el sistema democrático, adaptándose en la medida de lo posible a los nuevos tiempos. Pues claro. Si es que en el fondo la clave está en la inteligencia. ¿Quién sería Fraga si no hubiese jugado un papel durante la transición? Nadie. ¿Quería Fraga ser nadie? No.

    Tanto la BBC como Le Figaro, según recogían varios periódicos españoles un día después de la muerte de Fraga, utilizaban fórmulas muy similares para identificar a Don Manuel. Algo como “el exministro franquista que jugó un papel clave en la democracia” y otras combinaciones similares. Pintado así, dice poco de nuestra democracia. Seguramente esto tiene mucho que ver con la fea costumbre de los medios de comunicación españoles de obviar su pasado franquista a no ser que sea necesario. Y, cuando lo es, explicarlo y justificarlo.

    Quizá no se han dado cuenta de que, en ocasiones, tantas alabanzas a Fraga lo hacen hasta parecer progresista. Sin embargo, nosotros hemos visto, leído y escuchado al Fraga que ridiculizaba a los ecologistas, el que se posicionaba totalmente contra los matrimonios homosexuales, en contra el uso del preservativo, el Fraga que despreciaba los nacionalismos tildándolos de traición a España... Hemos conocido la ideología de un hombre de otra época cuyo conservadurismo rozaba en ocasiones el atraso. Un exministro franquista que hasta su muerte tuvo palabras de elogio para Francisco Franco (hombre severo pero no un criminal como el Che, según recogía elplural.com en 2008), y a quien jamás se le exigió condenar públicamente el franquismo. Y sin embargo, a la inmensa mayoría de medios nacionales (fundamentalmente prensa oral) no se le ocurrirá decir jamás, como la BBC, que Fraga era el último superviviente de la era franquista y jamás pidió perdón por su participación en el gobierno de Franco. 

    En resumen, Fraga era franquista y estaba orgulloso de ello, pese a que algunos medios de comunicación quieran omitir este hecho para que no afecte negativamente a nuestra democracia. Es curioso porque, en la España de hoy, parece que recordar el pasado franquista de Manuel Fraga molesta, y disgusta, únicamente al sector progresista de la sociedad española, aquellos que entienden la España de Franco como sinónimo de atraso, opresión y represión. Los franquistas, por contra, no se avergüenzan de defender y justificar la dictadura y se aprovechan de cómo se les permite, constitución en mano, compaginar franquismo y elecciones. 

    Nos gusta pensar que son pocos, pero la realidad es que Fraga fue el padre fundador del partido que gobierna actualmente este país. Y si algo nos ha demostrado el proceso contra Garzón es que la derecha franquista más rancia no estaba dormida, solamente estaba callada y sigue teniendo poder. Da qué pensar.



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{ 1 comentarios }

  1. Pienso que Fraga ha sido el gran camaleón de la politica española, ha cambiado de chaqueta cuando le ha interesado. Ha sido franquista (el más)en la dictadura y el más democrata en la transicción (vamos un padre de la misma).AMEN

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